La
Plaza es la plaza de Mayo y mayo viene del latín maius por Maya la diosa romana. En su honor se celebraba en la antigüedad clásica
alrededor del mar Mediterráneo una ceremonia con ritos secretos en la que sólo
podían participar mujeres. Era una divinidad asociada con la fertilidad y la
maternidad.
Muchas aguas pasan bajo el puente o se estancan en las anegadas
callecitas del Buenos Aires colonial. Miriñaques y peinetones o batones y
vinchas, da lo mismo todo se embarra. En la tertulia, en el mercado o en el
quilombo, las mujeres son protagonistas. No hay caso, al Cabildo Abierto no las
invitan. Los vecinos deben ser varones y propietarios, no hay caso.
De todos modos se arma la revolución, la cosa cambia. Complicado
el asunto para venir a contarlo acá sin simplificarlo. Pero la Plaza, la Revolución
y Mayo tienen un significado para el pueblo, algo así como de emancipación. Si
se mira para el Cabildo, si se mira para el Fuerte, en el medio estará la
Pirámide que es de Mayo o de maius como las diosas.
La pirámide aparece en
1811 para conmemorar el primer año de la Revolución, algo pequeña y modesta
pero con aires de grandeza. Claro está que la fiesta del pueblo se muda lejos,
se junta en las orillas y a puro candombe se imagina la liberación. En la plaza
quedan los mandones y los desfiles que no imaginan, programan. Pero las maius
rondarán la plaza, escribirán cartas a Mariano Moreno quién ya estará condenado
a morir en ese barco para que su cuerpo se hunda en el río y se aniquile su
Plan que no conviene, se parece mucho a la emancipación.
A las aguas se agregan las pólvoras, los humos y los gases,
sangre derramada, barros de la historia que se acumulan en los zapatos. La
Plaza, territorio de lucha, será del pueblo o será de los mandones. ¿No hay
caso? No hay caso, la memoria y los zapatos nos llevan de vuelta a la Plaza que
es de maius, que es de la Revolución. Las diosas nos asisten, incansables
nos explican eso de la emancipación. Con palabras, con gestos o con rituales.
Ellas confían en que algún día comprenderemos. Yo confío.
Imágenes:
Paisagem, 1940-49 (Brasil). | Obras de Anita Malfatti.
Hermes y su madre Maya.Detalle de una ánfora ática 500 a.c. de Nikoxenos Painter - User:Bibi Saint-Pol, own work, 2007-02-10, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2665790
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