Todos sabemos que a estas alturas del siglo XXI la cuestión de la incorporación de las nuevas tecnologías a la enseñanza y el aprendizaje es ineludible. Sin embargo, escucho muchos cantos de sirenas (sirenas que atrasan el reloj). Ahora, en particular, cuando están llegando las aulas virtuales móviles a una parte de las escuelas primarias públicas de la provincia de Buenos Aires hay discursos escépticos, discursos apocalípticos. En fin, discursos tristes si provienen del sector docente. Claro que hay otros: jóvenes, emprendedores, creativos, innovadores.
De esos en los que está el sello:
y... tratándose del avance de la tecnología, el desafío de seguir aprendiendo es imprescindible. No podemos dejar afuera del aula estos asistentes tecnológicos. Son nuestros colaboradores. Pero no colaboran automáticamente, hay que saber cómo usarlos para los propósitos educativos, alfabetizadores.