Julio 2020. Escuela en casa. Ensayo y error. Aprender a aprender y
enseñar. Derechos y obligaciones. Deseos y miedos. Infancias. Desigualdad.
Complejidad. Esperanza.
Así andamos, caminando la
incertidumbre, entre la salud y la enfermedad, a mitad de año y organizando lo
que está entre nuestras posibilidades de decisión. Atravesamos un
acontecimiento excepcional que percibimos como una bisagra. Nada será como era
entonces, antes de la pandemia. Es quizás la única certeza que tenemos.
Mientras tanto, como enseñantes tenemos una identidad forjada en nuestra
esperanza y convicciones, en nuestras trayectorias. Llevamos cuatro meses de
aprender a aprender cómo enseñar desde nuestra casa a la casa de lxs alumnxs.
Algo sabemos de lo que sirve y lo que no, algo probamos y funcionó, algo
hicimos junto con lxs compañerxs de la escuela que nos entusiasmó. Nos
detenemos acá, proyectamos y tomamos decisiones. Estamos armando una
estrategia, diseñamos una hoja de ruta para no perdernos en la niebla de la
incertidumbre. Conocemos mejor que al inicio cómo sostener el vínculo con lxs
alumnxs, tuvimos decepciones y alegrías. La desigualdad se hizo más presente y
urgente. Extrañamos el aula de la escuela, ese lugar que iguala en la
diversidad. El contexto es otro. La estrategia también. El fin es el mismo, que
la escuela siga enseñando y construyendo conocimiento con todos y todas.
Kul Solar. Rótulo
El trabajo pedagógico es, finalmente, buscar
en forma constante y de manera renovada la vía para interpelar la inteligencia
en el otro. Meirieu, nos recuerda que nuestro oficio nos compromete a indagar por
el mejor modo de enseñar en cada circunstancia. En este recorrido nos acercamos
a algunas voces que nos orientan para armar nuestra propia hoja de ruta.
Nunca antes ha sido tan pertinente la visión de la complejidad que Edgar Morin nos propone para comprender el mundo en el que
vivimos.Vale más una cabeza bien puesta que una
cabeza repleta. Una cabeza bien puesta significa que mucho más importante que acumular
datos o información es disponer simultáneamente de:
• una aptitud general para
plantear y analizar problemas
• principios organizadores que
permitan vincular los saberes y darles sentido.
La cuestión, aquí y ahora, es identificar los contenidos más potentes y enseñables en estas condiciones de distanciamiento. Re-visitar el diseño curricular, en particular los indicadores de avance, trabajar colaborativamente con las/os colegas en la escuela para organizar propuestas que superen la sumatoria de actividades. La selección de problemas significativos del mundo en que habitamos nos permite contextualizar
los contenidos pertinentes en estas circunstancias. Lo central en esta hoja de
ruta es generar las preguntas auténticas que orientarán la acción.
Siempre, y más ahora es imprescindible poner en práctica
las propuestas de Freire. Asumir la incertidumbre como motor de la búsqueda
para la superación de la crisis de las certezas, de acudir a la pedagogía de la pregunta, de
reconocer el rol del educador democrático que no renuncia a su papel, pero sí lo
asume de una manera diferente, participativa, dialógica, democrática. La educación bancaria conceptualizada por Freire es la educación que prepara a
las personas para repetir un mundo, en lugar de prepararles para pensarlo
críticamente y ser capaces de crear. En todo caso, un mundo pos pandemia
requerirá aún más que sepamos hacer las preguntas auténticas.
¿Cómo lo hacemos? En primer lugar, junto con. Pensar y
buscar con las/los colegas de la escuela. En este espacio vamos a continuar en una
segunda parte proponiendo orientaciones/mojones.