Presencia de América Latina Jorge González Camarena

28/10/09

Bicentenario y comunidades imaginadas



Mucha será la energía y el tiempo que dediquemos a la conmemoración del Bicentenario en la escuela en el 2010. Algunos más convencidos que otros pensarán de qué modo convertir “el acontecimiento” en proceso potenciador de aprendizajes. Desde este espacio vamos a sugerir algunas lecturas desde una perspectiva crítica. La nación entendida como una comunidad imaginada y la celebración del bicentenario es un inicio. La revolución de independencia como un proceso inconcluso merece otro espacio. Vamos pensándolo.

25/10/09

La historia también se puede enseñar con humor

¿Cómo incorporar el humor gráfico a las aulas? ¿De qué manera proporcionar nuevas recursos para el conocimiento de la historia?

Consideramos la necesidad de abordar la historia desde una perspectiva crítica y pensamos en qué otras alternativas, aparte de los libros de texto, se pueden proponer dentro del aula para la enseñanza y el aprendizaje de la historia. Un grupo de docentes de la Univesidad Nacional del Litoral responde a esas preguntas a través de un material que sería publicado en 2010, en coincidencia con el bicentenario

15/10/09

Entre sociales y prácticas del lenguaje

Hay mil y una razones para articular los contenidos de enseñanza de estas dos áreas y también algunas dificultades para hacerlo. Quizás, el mayor obstáculo lo constituyen las limitaciones escolares referidas a la organización del tiempo y la fragmentación del saber en compartimentos estancos que heredamos de la tradición positivista.

Pero, si estamos proponiendo un nuevo enfoque para abordar el mundo social y las prácticas del lenguaje es necesario reconsiderar la organización de los contenidos de cada área de modo de articularlos en un mismo tiempo didáctico orientado a la alfabetización en sentido amplio.

Lectura y Enseñanza de la Historia

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10/10/09

Un tiempo, muchos tiempos


La situación representada en la imagen y que el autor traduce en clave de humor, es tan cierta como las dificultades que encontramos en el aula para abordar la dimensión temporal en las ciencias sociales. Al parecer las buenas intenciones de este padre por compartir con su hijo referencias al pasado no encuentran la “distancia óptima” entre lo que quiere explicar y lo que al niño le resulta significativo y puede concebir.

El tiempo, así como el espacio, son dos categorías de nuestro pensamiento que nos permiten concebir el mundo y a nosotros en él. Son esquemas de orientación e información que nos sirven para establecer algún tipo de orden y relaciones en la realidad que percibimos. De allí que también funcionen como conceptos estructurantes del área de ciencias sociales en la escuela, en la que se manifiestan como tiempo histórico y espacio geográfico porque son el resultado del conocimiento científico que es una fuente de los contenidos que enseñamos.

La primera dificultad para entender la historia es la propia noción de tiempo, porque no es lo mismo el tiempo lineal de la naturaleza que mide el calendario o la cronología que establecemos en una línea de tiempo que adquirir conciencia histórica, pensar el presente como presente histórico, relacionar presente-pasado, proyectarse al futuro. Esto es, construir ciudadanía como resultado de experiencias de aprendizaje que la escuela sistemáticamente debe ofrecer.

Enseñar la noción de tiempo histórico no es (sólo) hacer líneas de tiempo

Los niños comprenden la historia como acontecimientos aislados, desconectados, sin relación entre sí. La intervención del maestro puede reforzar esta noción fragmentada como lo evidencian algunas investigaciones de La historia enseñada según los cuadernos de clase .
Según esta investigación, los cuadernos estudiados presentan una concepción del tiempo histórico como una realidad objetiva, cronológica, lineal, que existe al margen de los hechos. Hay una identificación de tiempo histórico con cronología, considerada como un contenido procedimental que se enseña al margen de los hechos, problemas o situaciones históricas, al inicio de su enseñanza y no “en” su enseñanza. Se usa para ubicar hechos, determinar su posición en relación con otros hechos.

La cronología no es la historia sino que es una herramienta de la misma y así necesitamos enseñarla. La comprensión del tiempo histórico requiere de otros aspectos:
1.las dimensiones del tiempo (duración, sucesión y simultaneidad),
2.los ritmos del tiempo (la muy larga duración, el inmovilismo de los fenómenos naturales; la larga duración de las mentalidades; la duración media de la economía y la corta duración de la política, de los acontecimientos)
3.los contenidos o las cualidades del tiempo, es decir las actividades humanas clasificadas en diversos campos (económico, cultural, social, político, técnico)

Estrategias para abordar la dimensión temporal

Al seleccionar un recorte de la realidad social y convertirlo en objeto de enseñanza identificamos sus múltiples dimensiones. Acá nos referimos a la dimensión temporal que encierra en si misma cierta complejidad. No se trata sólo de establecer en qué momento del tiempo se ubica el recorte seleccionado.

* Lo ubicamos en una sucesión o secuencia (línea de tiempo)
* Lo relacionamos con otros hechos simultáneos (¿qué está/ estaba pasando en… mientras en…?)
* Identificamos su duración (cuánto tiempo duró la colonia? y ¿la revolución de mayo? ¿qué tiempo lleva un proceso de deforestación? y ¿un alud de barro como en Tartagal?)

Este tipo de intervenciones del docente están orientadas a alfabetizar en ciencias sociales, es decir a que los niños de primaria vayan construyendo desde el 1er año y por aproximación los conceptos de alto nivel de abstracción que configuran las ciencias sociales y que van a necesitar como esquemas mentales para aprender otros contenidos más complejos en 2do ciclo o la secundaria.